
Avanzan las obras de Cuna del Alma, en El Puertito, destrozando el ecosistema
ADEJE.- El polémico proyecto urbanístico «Cuna del Alma», en el Puertito de Adeje, continúa avanzando a pesar del creciente rechazo social y el clamor de colectivos ecologistas, patrimonialistas y culturales de toda Canarias. Las obras han generado ya un impacto irreversible sobre un territorio de alto valor ecológico y arqueológico, donde se localizan yacimientos guanches de gran importancia y hábitats de especies endémicas únicas en el mundo.
La zona, antes virgen y de elevado valor paisajístico, está siendo transformada para dar paso a una macro urbanización turística que prevé levantar más de 400 unidades residenciales de lujo. En el proceso, el ecosistema local ha sido profundamente alterado, afectando a flora protegida como el cardón, el balillo o la siempreviva, además de fragmentar el hábitat de especies faunísticas en peligro, como la lisa gomera o ciertas aves nidificantes.
Desde el inicio del proyecto, organizaciones como Salvar El Puertito, ATAN, Ben Magec – Ecologistas en Acción y la Asociación en Defensa de Nuestra Tierra, han denunciado los daños ecológicos y patrimoniales, alertando de que las autoridades están ignorando informes científicos y legales que desaconsejan esta actuación. También han reclamado la paralización inmediata de las obras y la restauración ambiental del espacio degradado.
La controversia no es nueva. En los últimos años se han celebrado manifestaciones multitudinarias en defensa del territorio canario, destacando la histórica movilización del 20 de abril del año pasado, cuando cientos de miles de personas salieron a la calle en las siete islas para exigir una moratoria turística, una ecotasa, una ley de residencia y el fin de los macroproyectos destructivos.
El caso de Cuna del Alma se ha convertido en símbolo de la lucha contra el modelo de desarrollo insostenible que amenaza los últimos reductos naturales del Archipiélago. La ciudadanía canaria ha dicho alto y claro que no está dispuesta a seguir pagando el precio ambiental y cultural del crecimiento turístico ilimitado.
Con la obra aún en curso y las protestas en aumento, la presión social no parece dispuesta a ceder. «Cada roca que se mueve en El Puertito es una herida en la historia y la biodiversidad de Canarias», ha declarado uno de los activistas que acampan en la zona. La batalla por salvar este rincón del sur de Tenerife cont